Ahora que ya no está y que la revisión de su tebeografía se ha convertido en perpetua asignatura pendiente —al menos para este redactor, que, como ha dicho otras veces, tiempo ha dejó de tener posibilidad de releer—, poder acceder a material inédito en castellano firmado por Jiro Taniguchi es una de esas alegrías completamente inesperadas que hay que agradecerle, y mucho, a los chicos de Ponent Mon; máxime cuando, como es el caso, lo que la editorial nos propone con este primer volumen —de dos— de ‘Mundo salvaje’ es un doble viaje en el tiempo y el espacio: en el tiempo, a los comienzos de un artista que, como ahora veremos, evolucionó sobremanera en pocos años; en el espacio, porque las historias que aquí se recogen obedecen a la muy antigua filia de Taniguchi por los espacios abiertos del oeste americano, marco en el que tienen lugar la práctica totalidad de los ocho relatos que conforman el volumen.